L@s que pasan por acá o mi Facebook saben lo mucho que me gustan los correfocs y que son mi tradición catalana favorita. Desde septiembre en La Mercè no había podido fotografiarlos (mis favoritos, los de Santa Eulàlia, fueron suspendidos por lluvia) pero afortunadamente este fin de semana me reencontré con ellos en la Festa Major de Sagrada Família.

Participaron pocas collas, pero se entregaron bastante  y como el recorrido era por calles amplias y sin tanta gente, interactuaron mucho con el público  y probaron algunas locuras como hacer filas, rodar por el suelo e incluso levantar a un correfoc en hombros para que bañara de chispas a todo el mundo desde las alturas!

Obviamente acompañaban a los diablos las respectivas bestias de fuego y de vez en cuando la gente formaba barreras humanas que retaban a los correfocs con el grito de “no passareu!” pero obviamente al final todos terminan danzando juntos al ritmo de las infaltables batucadas de los tabalers  y sus tambores.

Ya lo he dicho muchas veces, si se siguen unas recomendaciones básicas los correfocs son totalmente inofensivos… de hecho muchos niños participan. Obviamente no hay que usar ropa inflamable, cubrirse lo más posible (especialmente el pelo y ojos) y tener en cuenta que las prendas que usen pueden terminar llenas de agujeros por lo que está de más decir que dejes tu camiseta favorita en casa. Aún así siempre hay valientes o incaut@s que se atreven a participar en faldas o pantalones cortos y los diablos les recuerdan que han cometido un error.

El recorrido no puede tener un mejor final, bajo el impresionante símbolo de Barcelona  joya de Gaudí: el templo de La Sagrada Familia. Las collas encienden simultáneamente sus petardos para terminar con broche de oro una nueva jornada de fuego y ruido. Espero que no pase tanto tiempo para verlos de nuevo!