Pripyat no es como cualquier otro pueblo abandonado, no. Primero, porque fue una ciudad que albergó a casi 50 mil personas y segundo, porque a diferencia de las típicas villas fantasmas, sus habitantes tuvieron apenas un par de horas para recoger lo esencial de sus hogares antes de ser evacuados ante algo que en ese momento no sabía muy bien que era. En Pripyat parece que el tiempo se hubiera detenido aquella fatídica tarde del 27 de abril de 1986, casi dos días después del desastre nuclear de Chernobyl.
En un post anterior explico la experiencia y como es el proceso para visitar la Zona de Exclusión de Chernobyl, cuya última (y seguramente más esperada) parada es la ciudad donde residían en su mayoría jóvenes que trabajaban de la planta nuclear.

El Parque de Atracciones de Pripyat es uno de los lugares con mayores índices de radiación en la Zona de Exclusión de Chernobyl
En principio 50 mil habitantes puede no parecer mucho, pero la ciudad era toda una referencia de la vanguardia soviética. Para hacerse una idea de la vida que podía haber aquí, hay que imaginar que no solo tenía 160 bloques de apartamentos, sino también un hospital totalmente equipado, un cine, 10 gimnasios, 2 estadios, 3 piscinas, 5 escuelas secundarias y varias más primarias, una escuela de arte, 27 cafés y restaurantes, 25 tiendas y centros comerciales (incluyendo uno de los primeros supermercados de la URSS), palacios de cultura, además de numerosas guarderías y un parque de atracciones que no llegó a ser inaugurado. Ya quisieran muchas ciudades más grandes tener todo esto!
La verdad es que cuando empiezas a caminar a través de esta urbe ahora casi consumida por el bosque, te das cuenta de la inmensidad del lugar. Ver los condominios grises asomarse a duras penas sobre las copas de los árboles y el trinar de los pájaros hace que todo sea una experiencia bastante surreal… hasta que los pitidos del dosímetro te recuerda que aún quedan las secuelas del peor accidente nuclear de la historia.

La famosa Rueda de la Fortuna abandonada de Pripyat, todo un símbolo del desastre nuclear de Chernobyl

No sé si son juguetes originales de la época o los ha puesto alguien luego… pero de seguro nadie jugará más nunca con ellos
Sobre el tema del turismo en el lugar, durante el recorrido que duró unas 3 horas no nos topamos con muchos grupos aún cuando hay varios al mismo tiempo en la ciudad. Solo en el parque de atracciones habían unos cuantos visitantes porque al parecer la mayoría coinciden aquí para el final del tour. He leído que gracias a la serie Chernobyl de HBO han aumentado en 40% las reservas para los meses de julio y agosto así que espero que puedan manejar este gran flujo de personas ya que en verdad el lugar no se presta para un turismo masivo. Salvo una chica que vi haciéndose fotos en uno de los autos de choque, la mayoría de la gente parecía ser respetuosa pero aún así creo que habría que cambiar el enfoque, especialmente los touroperadores ya que lo venden como una experiencia “extrema”, “radical” o “arriesgada” y esto puede ser atractivo para el/la instagrammer joven que se preocupa más por los likes que por la historia en sí del sitio.
Por ejemplo, mi grupo era el “tour post-apocalíptico” o algo así, además prácticamente todos los guías eran chicas y chicos muy jóvenes en plan cool y esto es lo que puede preocuparme un poco para el futuro. Ojo, yo personalmente no tengo ninguna queja de mi guía que fue bastante seria y atenta en todo momento, especialmente sobre el tema seguridad así que puedo (y espero) equivocarme y que se mantenga esta actitud cumpliendo las medidas de seguirdad pertinentes.

Prestigiosos arquitectos y artistas fueron contratados para elaborar edificios y fachadas de Pripyat. Esta es la Escuela de Arte.
Aunque está prohibido entrar en los edificios ya que algunos se están derrumbando he visto fotos recientes desde el interior, incluso de noche. Hay personas que ofrecen tours ilegales e incluso dormir en alguno de los antiguos domicilios en plan acampada pero creo que simplemente contratando una visita algo más cara te dejan entrar al menos a los lugares icónicos como el hospital. De ser descubiertos por los policías o soldados que vigilan la zona, son expulsados pero la multa es relativamente barata, incluso para los propios ucranianos (unos 20€ al cambio). Según mi punto de vista no sólo es innecesario sino irresponsable este tipo de turismo.
Sobre el tema radiación, muy rara vez se supera 1 μSv (lo normal es 0,3) por lo que aunque es más de lo habitual, no llega a ser peligroso considerando que es una estadía corta. El lugar con mayor nivel de radiación es precisamente el más famoso: bajo la rueda de la fortuna del parque de atracciones donde el dosímetro llega a marcar 180 μSv. Siempre en zonas con vegetación o sin asfaltar será mayor por lo que está totalmente prohibido tocar o recoger cosas o acceder a partes donde los niveles puedan ser elevados.
Visitar Pripyat es una experiencia impresionante y que si es algo que te causa curiosidad te recomiendo que hagas, aunque iba con más gente apenas pronuncié palabra durante todo el rato que estuve ahí porque simplemente observando y tratando de procesar como ese lugar en tan solo unas horas pasó de ser un sitio vibrante lleno de jóvenes a convertirse en un ciudad fantasma, con su decadencia reflejo de como las ansias de poder y demostrarlo a toda costa pudieron más que garantizar la seguridad y bienestar de miles de personas. Espero que pueda conservarse durante el mayor tiempo posible y quienes lo visiten lo hagan de manera respetuosa y para tomar conciencia de que siempre puede un grupo de personas, por más minúsculo que sea, de generar grandes tragedias en nombre de ideologías y nacionalismos.