Aunque Gambia es el país más pequeñito de África tiene 71 kilómetros de costa, llenas de playas prácticamente vírgenes y donde hay casi más vacas, cabras, pájaros y perros que gente. Es increíble que a pesar de la actividad pesquera y turística puedas pasar muchos minutos e incluso horas sin ver a nadie y aunque era la temporada baja, me han dicho que en la alta no hay mucha diferencia. Suelen tener en común estar rodeadas de bosque tropical y palmeras, pequeños chiringuitos que venden bebidas, barcos de pescadores, niños jugando, jóvenes entrenando, perritos callejeros y eventuales rebaños de ganado.
Yo la primera que conocí fue la de Gunjur, al sur del país. A pesar de ser un pueblo pesquero no hay prácticamente nadie y la mayor concentración de personas es en el área donde se construye la que será la mezquita más grande del país y que seguramente luego de que esté terminada atraerá a muchos peregrinos. Los locales me dicen que es un lugar sagrado de mucha importancia para los musulmanes tanto de Gambia como del resto de África occidental. Para mí era una estampa totalmente nueva e increíble un templo de ese estilo en plena orilla de la playa!
Aún más al sur, en la frontera con Senegal está Kartong (o Kartung), una pequeña aldea de pescadores donde prácticamente no hay nadie. Caminamos durante una hora hasta llegar al río que separa a los dos países sin cruzarnos a otras personas mientras admirábamos los reflejos del cielo en la orilla. Un lugar impresionante pero que lamentablemente está lleno de desechos y basura en ciertas partes… increíble considerando la poca cantidad de gente que hay pero que afortunadamente se podría solucionar con un día o dos de recolección a fondo.
Más cerca de Banjul está Kololi, en el área conocida como Senegambia… la zona turística. Acá hay es donde hay más movimiento, están localizados los grandes resorts y hoteles. Aún así hay tanto espacio que como dije tienes kilómetros y kilómetros de playa para ti sól@ y tal vez de en cuando llegará alguien a ofrecerte que te tomes algo en su chiringuito, comas en su restaurante o le compres algún souvenir, pero nada realmente molesto. Hay algunas sombrillas y sillas de pequeños bares donde te puedes tumbar o tomar el sol, pero lo lógico es que esperen que te tomes algo. Según vaya cayendo la tarde, la playa se llena de chicos que hacen ejercicio y encontrarás partidas de fútbol por todas partes.
Otro lugar que conocí fue Sanyang, donde está la conocida como Paradise Beach, un lugar precioso con algunos “lodges” y restaurante bastante bueno. Hay, como no, actividad pesquera y por alguna razón la orilla estaba llena de conchas por lo que entrar y salir del agua era algo complicado. No muy lejos de aquí está Tanji, pero no lo incluyo porque aunque fue mi lugar favorito de toda Gambia, es más una experiencia de observar y sentir que de playa como tal.
Así que cuando la gente me pregunta “¿qué hay en Gambia?” y yo les respondo que playas maravillosas, entre otras cosas, me refiero a esto. Metros y metros de arena para ti nada más, paz, tranquilidad, gente que pasa y te saluda mientras siguen su camino… y agua caliente!!! Una vez más repito que tengas una pelota por si se acercan niños, los harás muy felices y créeme que te sentirás genial cuando los veas divertirse. También son muy curiosos y tal vez te preguntarán cosas o si les puedes enseñar a nadar (es increíble, pero a pesar de que la vida se desarrolla en el mar o en el río casi nadie sabe nadar) y por supuesto que te invitarán a unirte a las partidas de fútbol. Como extra, dejo estas fotos que me hizo Andre donde se refleja lo que acabo de decir 😉