Para mi conocer L’Estany de Banyoles fue toda una sorpresa… literalmente, porque al salir de Barcelona no sabía hacia donde nos dirigíamos hasta que me bajé del autobús (sí, es de fácil acceso con transporte público desde Barcelona, puedes utilizar este servicio de autobuses) Una vez has llegado ahí tienes esta inexplicable sensación de sentirte maravillado por un lugar tan sólo con verlo, además que hacía un increíble día soleado que le daba un color azul intenso al lago y muchos reflejos espectaculares.

Banyoles es el lago más grande de la provincia de Girona y de toda la comunidad autónoma de Cataluña, se conoce caminando a su alrededor, nosotros hicimos el itinerario alrededor del lago que, según la chica de la oficina de turismo, se realizaba en hora y media, según el plano informativo que cogimos dos y media y que al final nos llevó unas cuatro horas porque de tanto en tanto encontrábamos lugares que merecían una parada, para contemplar y sobre todo para hacer muchas fotos. A pesar de ser un día laboral en Banyoles, nos encontramos a un par de personas en el recorrido, de esas cada vez más escasas que saludan y dan los buenos días al pasar junto a nosotros. Me gustaría volver en verano porque hay puntos donde es permitido el baño, pero me da miedo no encontrarme la paz mágica que vivimos este día, donde sólo se escuchaban los patos y los lejanos gritos de algún equipo de canotaje entrenando bajo el sol.

Visitar el Lago de Banyoles es un plan perfecto en pareja, en familia, con niños pequeños, la naturaleza, la paz y la tranquilidad que encuentras aquí vale la pena para descansar de nuestras cada vez más ajetreadas vidas en la ciudad.