En el 2012 estuvimos en el Mercat Medieval de Vic y nos pareció tan buena experiencia que decidimos repetir en la edición de este año… pero esta vez nos encontramos muchísima más gente y algunos cambios: lo que más me gustó de la visita anterior, la recreación de una villa del siglo XV con actores y monedas de la época que podías cambiar por patas de pollo, vino hipocrático y chuletas para luego comer con las manos, ha desaparecido. En esa zona ahora estaba la Ruta de los Oficios (que antes se encontraba en las calles de la ciudad), donde podemos ver a ebanistas, herreros, carboneros y demás virtuosos trabajando de la manera que se hacía en esa época con las herramientas de entonces.
En el resto del casco antiguo se vendían productos típicos de la zona como los famosos embutidos, quesos, postres y no podían faltar los puestos de comida donde había que hacer largas colas para comprar tickets que luego se cambiaban por bocadillos de butifarra o chistorra, caldos, y demás platos sencillos además de las bebidas, incluyendo el vino caliente que sentaba muy bien para luchar contra el frío de principios de diciembre. Tampoco podía faltar el clásico Olivo de los Deseos donde la gente se apilaba para dejar su papelito con peticiones y luego hacerse el ya casi imperativo selfie.
También había una área que recreaba un Zoco Árabe donde podías encontrar principalmente especias, dulces de todo tipo, infusiones y los infaltables kebabs. Algo que no vi en mi primera visita pero ahora me impresionó mucho, fue una exhibición de aves de rapiña donde águilas, halcones, búhos y buitres posaban imponentes… me sentaba un poco mal que estuvieran ahí atados, delante de todo el mundo, pero la verdad es que son aves extraordinarias que no todos los días puedes ver tan de cerca.
Aunque sabría que estaría lleno de gente, la verdad había mucha, pero mucha más de la que esperaba… de hecho en algunas calles se formaban verdaderos atascos que terminaban en conatos de peleas y empujones. Salvo en algunas plazas y vías anchas, era algo difícil apreciar y disfrutar las exhibiciones y los puestos de ventas. Aún así, es un paseo interesante que merece la pena… aunque la próxima vez trataré de llegar mucho más temprano!!!