Junto con los templos hinduístas, los arrozales son los lugares que ningún visitante de Ubud quiere dejar de visitar. Los verdes casi infinitos y las formas de las terrazas son un espectáculo para la vista y dependiendo de la luz y el estado en que se encuentre la plantación pueden ser muy diferentes.
Una de las terrazas más famosas es la de Tegallalang. No está lejos del centro de Ubud y además por el camino ya puedes ir viendo otros arrozales y pequeños pueblecitos… pero eso sí, para evitar los tumultos que puedan arruinar la paz y tranquilidad de este lugar hay que ir lo más pronto posible por la mañana, cuando apenas sale el sol. Estarás prácticamente solo (además es tan grande que puedes perderte por varios caminos) y además puedes ahorrarte el pago que exigen algunos lugareños en la entrada. Nosotros llegamos alrededor de las 8:00 y solo habían unas pocas personas, además de una pareja de chinos haciendo sus fotos pre-boda (esta escena la encontrarás por todo Bali) pero con el transcurrir de la mañana empezó a llegar más gente a la vez que comenzaban a aparecer más trabajadores y al salir un par de horas después ya habían filas de autocares llenos de turistas en la entrada.
Dentro del lugar hay puestitos para comprar cocos y otras bebidas, arriba un curioso “Titanic del Arroz” al que se puede subir previo pago de unas monedas para disfrutar las vistas y algunas paradas con souvenirs y sombreros cónicos típicos para que te hagas una foto. Algunos locales ofrecerán que los acompañes y enseñarte como se planta el arroz o hacerse fotos contigo, algunos de manera genuina, casi todos a cambio de un poco de dinero. Sea lo que sea que decidas, sé siempre respetuoso y no abuses… daba verdadera lástima ver como algunos visitantes los trataban como monos de feria aprovechándose de que lo que para ellos son céntimos para estas personas puede resultar un ingreso importante.
En mis fotos verás que apenas estaban en la etapa de trasplantar, así que las terrazas no eran totalmente verdes como en las típicas postales… pero los charcos de agua hacían igualmente unos reflejos espectaculares!