En primera visita a Viena hace ya más de 10 años tuve la oportunidad de visitar casi todos los lugares de interés, así que esta vez aprovechando la época tenía claro qué quería hacer: ir a los tradicionales Mercados de Navidad!

Aunque en todos se encuentran prácticamente las mismas cosas como el tradicional Glüwein (vino caliente especiado), chocolate y Punsch para calentarse, las típicas salchichas, infinidad de dulces y cualquier cantidad de platos austríacos, además de los clásicos adornos de navidad y juguetes, cada mercado tiene un toque y ambiente propio… por ejemplo Rathaus es el más concurrido y preferido por los turistas, el de Maria-Theresien-Platz también tiene mucho volumen de gente. El de Karlsplatz es el primero en ser eco-sostenible ofreciendo manualidades de artistas independientes y muchos puestos de comida bio mientras que el del Palacio de Schönbrunn tiene muchos juguetes y dulces por lo que está lleno de niños y en los alrededores de el Palacio de Belvedere hay una iluminación impresionante. En el Museumsquarter hay una vibra más hipster ya que más que un mercado parece una feria alternativa de música de vanguardia y comidas diferentes (ojo que en esta plaza hay un fotomatón clásico), el antiguo campus AKH de la Universidad de Viena hay más público joven y familias atraídas por su pequeño parque de atracciones y la zona de Spittelberger es el único mercado realmente callejero, con puestos en las plazas y estrechas calles del barrio. También hay en la céntrica Am Hof (muy dirigido al turismo) y en el ya más alejado Palacio de Willheminenberg. Visitar estos mercados fue mi experiencia favorita de mi viaje a Viena y sin duda hacen que merezca la pena el frío y en algunos casos, las multitudes!!!

PD.- Un dato curioso: Cada lugar tiene sus propias tazas con diseños diferentes donde te sirven las bebidas tras pagar un depósito en caso de que te las quieras llevar a casa.