Hace poco más de una semana en Venezuela se iniciaron unas protestas estudiantiles en los estados andinos de Táchira y Mérida; los jóvenes fueron reprimidos con exceso de fuerza policial y muchos de ellos, encarcelados. El pasado 12 de febrero, Día de la Juventud, se realizó una manifestación para exigir la liberación de estos chicos, que terminó con la muerte de 3 personas (dos estudiantes y un militante de un “colectivo”, grupos armados afectos al gobierno) en medio de un apagón informativo. Todo esto ha sido reseñado y es conocido por los medios internacionales en mayor o menor medida y que a partir de entonces las protestas en las calles han continuado, muchas de ellas atacadas con un uso desmedido de fuerza por parte de los cuerpos de seguridad y con más detenidos.

Los venezolanos canalizan su frustración y rabia de muchas maneras… unos van a protestar, otros se quedan en casa pero se mantienen muy activos en las redes sociales, salen poetas, pacifistas, anarquistas y filósofos. Mi manera de drenar es tomar fotos… y eso fue lo que hice en la concentración que se realizó el 16 de febrero en la Plaça Sant Jaume de Barcelona. Yo normalmente no suelo formar parte de las actividades, no canto ninguna consigna (de hecho no estoy de acuerdo con la mayoría), ni llevo carteles. Hago fotos, creo que es para lo que sirvo y creo que es la manera en podría llamarle más la atención a mis contactos y conocidos.  Claro, el par de veces que alguien se acercó a preguntar qué pasaba, le explicaba de la mejor manera posible.

Estoy claro es que es un conflicto que se tiene que resolver en Venezuela y por los venezolanos. Pero que la gente sepa que al contrario de los que ponían varias pancartas, el problema no se limita a Maduro. Que en Venezuela asesinan a 3 personas cada hora, que no se encuentran productos tan básicos como el papel higiénico o que hay hacer colas por horas para comprarlos, que los hospitales no tienen cosas tan elementales como gasas, que hay estudiantes presos e incomunicados sólo por estar protestando, que mientras se dictan autos de detención a políticos y se enjuician manifestantes en apenas horas, el 95% de los delitos en el país no son resueltos, que lo hoy cuesta 5 mañana costará 10 y que el dinero no alcanza para nada porque tenemos la inflación más alta del mundo y todo esto afecta al pueblo entero, sin discriminar estatus social o afiliación política. Que ya son 15 años de Revolución y siguen con el mismo discurso, culpando a enemigos invisibles y ya es irrefutable tanto su ineptitud como su fracasado proyecto, si es que alguna vez tuvieron uno.

Esnobismos, modas o anhelos de grandeza no son las principales razones de que hayan tantos venezolanos en el extranjero. La mayoría son personas que les apasiona cada aspecto de su país, la gente, la comida, el clima y lo repiten a cada rato. Pero nadie quiere que lo maten por algo por lo que has trabajado toda tu vida o por algo tan absurdo como haber tropezado a alguien en el momento equivocado. Todos queremos la mejor calidad de vida para nosotros y nuestras familias. Me gustó mucho ver finalmente una buena cantidad de gente reunida, aplaudo el esfuerzo que han puesto algunas personas tramitando permisos, imprimiendo volantes, organizando actividades y repartiendo información. No estuve de acuerdo con algunas de las consignas y actitudes … esto producto no de la mala fe, sino de que aún no se canalizan en un sólo sentido y objetivo las acciones pero me parece que finalmente se avanza y se corrige sobre la marcha.

Espero que más pronto que tarde se una toda la gente que falta, se dejen a un lado los colores de partidos y se luche por una causa común. Mientras tanto, seguiré haciendo lo poquito que sé hacer desde acá. Si alguna de mis fotos sirve para informar, alentar, alegrar, entusiasmar o despertar curiosidad, me sentiré satisfecho.

Mis respetos y admiración a todos los que en Venezuela creen en algo mejor y ponen esfuerzos en lograrlo.