A pesar de ser la isla más grande de las que se encuentran al sureste de Bali, Nusa Penida es la menos desarrollada en cuanto a infraestructura turística y servicios (aunque esto está cambiando rápidamente). Aquí no encontrarás lujosos resorts, ni cafés o bares modernos como en Nusa Lembongan o las islas Gili, pero los paisajes y maravillas naturales son de los más impresionantes que he visto nunca y bien valen la pena las horas en carreteras sin asfaltar y llenas de baches para llegar a los destinos.

Al no ser tan fácilmente accesible, los lugares de interés no están tan llenos de turistas y dependiendo de la hora y/o la suerte puedes encontrarte totalmente solo en los sitios que visites. Como en el resto de Bali, para moverte tienes que alquilar una moto… con la diferencia de que los caminos son más difíciles y requieren habilidad  – si vas en grupo, contratar a un conductor para que te lleve en la parte de atrás de sus pequeños transportes puede ser una buena opción – .

Para mí Nusa Penida y su belleza salvaje fue la experiencia más impresionante y tal vez auténtica de mi paso por Bali. Aquí solo hay típicos “warungs” para comer, conviven hinduístas y musulmanes, hay templos por doquier y aunque hay que invertir una buena cantidad de tiempo yendo de un lugar al otro (primero en el vehículo, luego caminando muchas veces), siempre será a través de paisajes extraordinarios sin casi estructuras hechas por el hombre a la vista. Si las fotos te gustan, créeme que no reflejan ni la mitad del espectáculo que son estos sitios.