Mi primera parada en Indonesia fue un pequeño paraíso de relax, azules infinitos y buenas vibras llamada Gili Air, una pequeña isla que junto a sus hermanas Trawangan y Meno forman el archipiélago de las Islas Gili. La más cercana de las tres a la costa de Lombok, combina de manera perfecta la tranquilidad de Gili Meno con un poco de la diversión de Gili Trawangan, por lo que durante el día puedes relajarte con una caminata por la orilla (tarda unas dos horas darle la vuelta a la isla) y en la noche tomar algo en uno de los muchos cafés, bares y restaurantes frente al mar.
La actividad estelar de esta isla donde los únicos medios de transporte son las carretas tiradas por caballos y pequeñas motos eléctricas, es el snorkeling. No es difícil ni caro alquilar los equipos o tours en botes para nadar con tortugas marinas y observar miles de peces y corales… aunque a mí lo que más me gustaba era admirar los impresionantes amaneceres y atardeceres cada día, además de ver la marea bajar por la tarde mientras los niños salen a jugar sobre la superficie coralina, buscando pequeños moluscos o simplemente chapoteando en los charcos.
Aún no puedo decidir si Gili Air fue mi lugar favorito de Indonesia, pero sí donde me sentí más feliz… así que lo recomiendo infinitamente y espero que aunque se esté modernizando un poco y se construyan nuevos hoteles y bares, siga conservando esa vibra tan calmada y típica de isla tropical con gente súper amable y sonriente!
Para llegar a este maravilloso lugar, puedes tomar un barco rápido (el lento tarda horas) desde Padang Bai en Bali o un bote en el puerto de Lembar en Lombok, justo en frente de la isla.