Con toda su historia antigua y reciente, la intensa movida cultural, su infinita oferta gastronómica y de ocio, además de museos y demás lugares de interés, no es de extrañar que Berlín sea ahora mismo una de las ciudades más populares de Europa. A mí lo que más me gustó fue la vibra y como al recorrerla te vas encontrando con sus diferentes facetas, pero aún así hay ciertos símbolos (casi todos gratuitos) que no podía dejar de visitar como por ejemplo:

Checkpoint Charlie, el famoso paso fronterizo entre el sector soviético y el estadounidense desde 1945 hasta 1990. Una caseta recrea la original y por unos euros puedes recibir un sello en el pasaporte y hacerte una foto con los guardias… esto no me llama mucho la atención, pero el aledaño museo dedicado a la historia del muro y otros memoriales cercanos son más interesantes.

La Puerta de Brandeburgo, uno de los símbolos por excelencia de Berlín. Aunque tal vez sea un poco más pequeña de lo que esperaba, ha sido testigo de muchos de los momentos más importantes de la historia de Alemania y siempre hay algo pasando alrededor!

El Monumento a los judíos de Europa asesinados, donde se recuerdan a las millones de víctimas del holocausto. Un lugar que inspira tristeza, tiene un punto de información en su nivel inferior de visita gratuita con historias y testimonios impresionantes.

El Sony Center, el moderno complejo que sirve como sede europea a la famosa marca de electrónica y además cuenta con cines, tiendas y restaurantes. El techo de cristal acapara todas las miradas de los visitantes, especialmente de noche.

East Side Gallery, la galería de arte al aire libre más larga del mundo! Recorrer este tramo del Muro de Berlín que no fue derribado y admirar los más de 100 murales que ahora hay pintados sobre el mismo fue uno de mis momentos favoritos del viaje.

La Catedral de Berlín, muy cerca de la Isla de los Museos, es uno de los edificios más reconocidos de la capital alemana. Si no quieres pagar los 7€ que cuesta la entrada, puedes relajarte en los alrededores y apreciar las bonitas vistas con la famosa Fernsehturm (antena de televisión) al fondo.

El Mauerpark no sólo conserva 30 metros del antiguo muro de Berlín, sino que también es un parque público donde locales y visitantes hacen deportes, disfrutan de espectáculos artísticos, escuchan a músicos callejeros o se pierden entre los miles de artículos que se venden cada domingo en el popular mercado de las pulgas.

El edificio del Reichstag, sede del Parlamento alemán es un edificio impresionante rodeando de una enorme zona verde donde la gente se reúne para charlar o descansar. Para mí la visita del domo es obligatoria, es gratuita y para mí el mejor recuerdo que tengo de mi viaje a Berlín! Puedes ver algunas fotos en este post que hice algún tiempo.