Los días en que se juegan partidos de Champions League en Barcelona es normal ver seguidores de otros equipos caminando por el centro de la ciudad, sobre todo en las rondas de eliminación… y mucho más si son equipos ingleses. Este miércoles el Machester City visitaba el Camp Nou con la difícil tarea de remontar el 0-2 de la ida, pero vinieron acompañados de cientos de hinchas que llenaron de azul celeste La Rambla para reunirse finalmente en la emblemática Plaça Reial.
Es normal que los que viajen sean los ultras, los fanáticos más fieles y miembros de las barras, por lo que siempre montan una fiesta plena de cánticos y llenan con sus banderas y trapos los lugares donde se concentran… por eso me atrae estar cerca de estos grupos porque son de los pocos días donde se puede sentir realmente algo de ambiente futbolístico en Barcelona (sí, mis amigos culés me odian por decir esto… pero así me parece).
Quiero creer que los días de los “hooligans” han quedado atrás. A pesar de que bebían como si el mundo se acabara mañana, el rato que estuve ahí no hubo problemas más allá de que se subieran a las farolas y las fuentes de la plaza, pedían fotos, hacían bromas incluso con gente que llevaba la camiseta del Barça y fueron amigables mientras trataba de comprender el difícil, para mí, acento del norte de Inglaterra. Además muy cerca habían varias furgonetas de los Mossos d’Esquadra que vigilaban todo…
Luego el ManCity perdió 2-1 y quedaron eliminados de los octavos de final mientras el Barcelona avanza en la competición. Espero que se hayan comportado… aunque sí sé que la Plaça Reial quedó inundada de botellas, latas y bolsas tras el paso de los “Citizens”.