Postales de Cracovia en invierno

La impresionante Plaza del Mercado en el centro histórico

Últimamente la mayoría de mis viajes son para regresar a lugares donde ya he estado, sobre todo para reencontrarme no solo con las ciudades sino con amigas y amigos por lo que las visitas tienen un carácter aún más especial. Debo decir que disfruto incluso más que las primeras veces porque aunque no hay el factor “descubrir” me tomo las cosas con mucho más calma y sin el agobio de querer abacar lo máximo posible en poco tiempo. Esta vez volví a la bellísima Cracovia después de unos 8 años, una ciudad que en su momento me encantó y de la que siempre he hablado muy bien! Sigue igual de hermosa, tal vez incluso más de lo que la recordaba y obviamente mi primera para obligatoria tenía que ser la Plaza del Mercado en el centro histórico y la colina del castillo de Wawel.

El centro histórico de Cracovia es una postal permanente
El famoso Dragón a los pies del Castillo Wawel. Cada 5 minutos lanza bocanadas de fuego

La sorpresa de esta segunda visita fueron sin duda descubrir los Jagodzianki, unos deliciosos pasteles rellenos de arándanos que se convirtieron en mi desayuno cada uno de los 7 días que estuve… ya los extraño y espero poder comerlos de nuevo pronto! Otra cosa que me encantó es que a pesar de las pocas horas de luz, las que habían eran siempre mágicas… supongo que tuve mucha suerte pero básicamente era estar como en un “blue hour” o golden hour” perenme. La iluminación tenue era genial para lograr sombras y contraluces, además de un ambiente melancólico que me parece va muy acorde con la ciudad.

La luz mágica que entra por las callecitas del centro
Es un poco raro de explicar… pero el casco histórico es concurrido y a la vez tranquilo
El sonido de los cascos de los caballos es el hilo musical del centro histórico de la ciudad

El otro factor que me daba un poco de recelo era el frío, pero la verdad lo recordaba peor (la primera vez que fui eran principios de diciembre), solo hacía falta abrigarse bien y era bastante tolerable. Además a pesar de que nevaba, era el punto justo para que no dejara de ser un momento mágico para convertirse en un caos o tener que buscar refugio en un café o en un centro comercial. Además la mayor parte del tiempo que había nieve, la veía caer plácidamente desde la ventana de mi hotel justo antes de irme a dormir.

Vista del castillo de Wawel nevado durante una caminata matutina
el Parque Błonia convertido en un manto blanco
La Plaza María Magdalena
Cada día de camino al centro o de regreso al hotel pasaba por este parque

También me sorprendió que la ciudad está siguiendo los pasos de Wrocław, que está llena de enanitos por todas partes y son su símbolo… así que en Cracovia se empiezan a ver dragoncitos que representan algo relacionado con el lugar donde están además de contar una pequeña historia. Obviamente aún no hay tantos como en Wrocław pero la idea es que con el paso del tiempo sea común encontrarlos en muchos rincones de sus calles.

Así que en conclusión, si viajo a un sitio donde ya he estado y me voy con ganas de volver una tercera, cuarta o quinta vez, quiere decir que vale la pena y obviamente he disfrutado mucho… especialmente si hay gente que aprecio y que obviamente me encanta visitar. Además ahora que conocí los Jagodzianki estoy obsesionado y es otra razón para regresar… y si puede ser en verano, mucho mejor!

Medieval, encantadora, fotogénica Cracovia

Leave a comment